Hace muchos años atrás, había un lugar en la tierra que nunca había sido pisada por hombres. Una vez I-Yará [ espíritu del agua] se cruzaba con este lugar tan bello y quedo atónito al notar que ningún hombre abitaba estas tierras, decidió llevar un trozo de tierra a Tupá. Amasandola, Mezclandola de vida y dándole forma humana.
Uno fue de color blanco, lo llamó Morotí [Blanco]. El otro de color rojizo, lo llamo Pytã [Rojo]. Nuestro Dios Tupá dio y encargó a I-Yará dos hombres para que habitasen esas tierras y que fuera el quien amasase dos mujeres para crear sus familias. Seguir leyendo